El término de la villa de Rio-Tinto fue de Zalamea, hasta que el Estado
se lo apropió a mediados del último siglo, contra el derecho inconcuso de esta
villa, por corresponder el término al común de los vecinos que lo compraron a
la corona con su señorío, a principios del siglo XVII.
Diccionario Geográfico-Estadístico de Pascual Madoz publicado en el año
1845.
Antiguo pueblo de Riotinto, visto desde el lado este, sobre 1890
Desde que en 1725 le fuera otorgado a Lieberto Wolters Real
Asiento por el Rey Felipe V para explotar las Minas de oro y plata de
Guadalcanal, Rio Tinto, Cazalla, Aracena y Galaroza hasta el año 1841, que se
produjo la segregación del pueblo de Riotinto de Zalamea la Real, y la
constitución de su ayuntamiento, "sucedieron
los acontecimientos más importantes de las Minas de Rio-Tinto", tal y como escribiría
Ramón Rúa Figueroa, ingeniero del cuerpo de minas del Estado, en su libro "Ensayo sobre la historia de las Minas de
Rio-Tinto" impreso en 1859.
El sueco Lieberto Wolters Vonsiohiem llegó a España para extraer del fondo de las Rías Bajas,
en Vigo, la plata hundida por la flota de barcos llegados de las Indicas
Occidentales, la más más rica que jamás había llegado desde América, como
consecuencia de la batalla que se produjo entre los barcos de la flota
anglo-holandesa y la flota hispano-francesa, conocida como la Batalla de Rande,
en Redondela, Vigo.
Flota hundida en el estrecho de Rande. Grabado de la época
Años más tarde, ante el fracaso de encontrar tesoro alguno
bajo las aguas gallegas, llegaría a la Aldea de Riotinto, hoy Nerva, sorprendido
por la riqueza de sus minas en oro y plata. Wolters solicitó al Rey permiso para la
explotación de las minas, pero al poco tiempo de concederle Real Asiento falleció,
dejando en herencia a su sobrino Samuel Manuel Tiquet (su madre Ester Wolters
Vonsiohielm era hermana de Lieberto) su legado sobre la explotación de las
Minas de Rio-Tinto.
Los
comienzos de la explotación minera no fueron fáciles para Tiquet, pero desde
sus inicios se había registrado un incremento continuo del volumen de cobre
fundido, debido a la notable influencia que había tenido la llegada de
especialistas en minas y metalurgia alemanes contratados por los suecos. En
1746 le concedieron a Samuel Tiquet la renovación del Asiento de concesión de
las minas por otros 30 años más, hasta 1776.
Francisco Thomás Sanz (Huelva Buenas Noticias)
Aunque no está muy claro como apareció en las Minas, en el
año 1747 llegó el controvertido Francisco
Thomás Sanz a Rio-Tinto, para ofrecerle a Tiquet su escasa fortuna y la
cooperación en esta sociedad. El asentista Samuel Tiquet, que había renovado la
concesión un año antes, lo admitió en su empresa y en 1753 lo nombró apoderado
de las minas. Tal fue la amistad y la confianza dada al llamado Sastre de Valencia, que le decía “compadre” y días antes de la muerte de Tiquet, el 11 de septiembre de 1758, firmó Testamento ante el escribano público y de cabildo de la villa
de Zalamea la Real, Matías García Maldonado, nombrando a Sanz Administrador,
que no Asentista, de las Reales Minas de Cobre Rio-Tinto. Años más tarde el juez
conservador Martín Alonso de Bolaños lo denunció por utilizar indebidamente el
título de Administrador-Asentista. Contaba la sociedad en esos años con 14
trabajadores.
Durante los años siguientes, el nuevo administrador de las
minas llevó a cabo los desmontes necesarios para el beneficio de los minerales
y la construcción de los edificios, fábricas, presas, cañerías, carriles y
puentes. El primer horno de fundición construido lo llamó Ntra. Señora de los
Desamparados o “El Chorrito” en la
zona de Los Llanos.
Con el fin de promover el desarrollo de aquella colonia de
trabajadores y evitar las emigraciones de los obreros, Sanz edificó más de 40 casas
en la ladera sur del Cerro Salomón, construyó una iglesia con campanario y
reloj para 600 fieles, que años más tarde se ampliaría para 900 personas y
cinco retablos, el mayor de ellos dedicado a Santa Bárbara; una panadería,
fuentes, abrevaderos y fértiles huertas, e incluso se llegó a decir que iba a
canalizar hasta la misma plaza de aquel poblado las delicadas e intermitentes
aguas de la conocida como Fuente del Mal
Año.
Vista general del pueblo conocido como La Mina- Hauser y Menet 1892
Viendo la necesidad de arbolado que tenía el pueblo que se
iba formando para la construcción de nuevas viviendas y para la entibación de
túneles de la explotación minera, hizo traer del condado de Niebla una gran
cantidad de piñones que sembró en los alrededores de la mina, como el cerro San
Dionisio, Mesa de los Pinos, Barranco de Campillo, etc.
Los excesos realizados por la administración de Sanz en
la corta de árboles y leña en términos
realengos de la villa de Zalamea la Real, construyendo hornos para las
fundiciones y afinaciones, destruyendo los montes de alrededor, haciendo suyo
el negocio de las porciones de trigo cedidas a los trabajadores y realizando
facultades que no le competían, tuvo sus quejas en el concejo de Zalamea la
Real en 1765, denunciando el alcalde y los regidores a la Junta General de Comercio, Monedas y Minas estos abusos. Pero esta
acusación no pudo ser demostrada y “agenos
a la verdad con recursos falsamente fundados para distraer al administrador del
cuidado de las minas”, no prosperó, por lo que sancionaron a la villa de
Zalamea con una multa de 300 ducados de
vellón y el perpetuo silencio en las instancias que han hecho contra el administrador. En esta época trabajaban en las
minas unos 400 trabajadores, la mayor parte de ellos eran de Zalamea.
Después del varapalo impuesto a la villa de Zalamea la Real,
en octubre de 1775 Juan Domingo de Albizu, procurador representante del concejo
de Zalamea, presenta ante el Juez una solicitud sobre la propiedad, uso y
disfrute del partido conocido como El
Escorial, denunciando además, nuevas quejas sobre el administrador de las
minas, sus dependientes y sus criados; de hecho, el yerno de Sanz y tesorero de la empresa, Atanasio
Rodríguez, era conocido como “El Satanás
de las minas”. El número de empleados de la mina se había incrementado y
contaba en ese año con 780 trabajadores.
Aunque en 1776 había caducado el Real Asiento sobre la
concesión por las minas dadas a Samuel Tiquet, Francisco Thomás Sanz continuó
hasta 1783 siendo administrador de las Reales Minas de Cobre Rio-Tinto.
Los enfrentamientos por el dominio del lugar conocido como El Escorial, entre Sanz y la villa de Zalamea la Real se fueron sucediendo durante varios
años más. La llamada posteriormente como Dehesa
de los Escoriales, donde abundaban las encinas entre grandes extensiones de
pasto, era utilizada por los vecinos del lugar desde tiempos remotos para el
consumo de su ganado, montaneras, sembrados, arbolado, etc. y recogido su uso y
disfrute de estas tierras en las Reales Ordenanzas de Zalamea de 1584.
Primera página de las Ordenanzas de 1535
Según carta firmada el 21 de diciembre de 1785 por el párroco
D. Joseph Phelipe Serrano, en su Descripción
de la Villa de Zalamea la Real en el Arzobispado de Sevilla, el término y
jurisdicción de esta villa tenía las siguientes 31 Aldeas: Villar, Buitrón,
Pozuelo, Delgadas, Corralejo, Montesorromero, Pie de la Sierra, Riotinto, el
Ventoso, Hermitaños, Traslasierra, Campillo, Marigenta, Membrillo Bajo,
Membrillo Alto y otras que están arruinadas: Villar de la Lancha, Aviud, Pedro
Simenez, Padre Caro, Duceta, Chamorro, Canos, Alcobazas, Zecimbre, Posadas,
Casas Viejas, Buitroncillo, Toril, Navanto, el Puerto y Fuentelimosa.
No fue hasta el 4 de julio de 1790 cuando se aprueba Resolución
por la Real Junta de Comercio, Moneda y Minas, con Manuel de Aguirre y
Horcasitas como administrador de la compañía minera, para proceder al Deslinde convencional verificado con el
mejor acuerdo y armonía del término jurisdiccional de las minas. De esta
forma, se pacta por el mismo Aguirre, el contador de las minas Vicente de
Letona, los delegados del Ayuntamiento de Zalamea y la dirección del agrimensor
Andrés de Cañete, realizar el Amojonamiento y la Demarcación de las Reales
Minas de Rio-Tinto y el término de la villa, tomando como linde la distancia de
una legua castellana desde el lugar de cada una de las bocas de los principales
pozos mineros que había en la explotación. Así se conformaría el actual término
minero de Rio-Tinto de 2.331 hectáreas con una configuración semicircular y
no buscando para su territorio otros lugares de interés como tierras fértiles, aguas potables o caminos
rurales.
Estos fueron los puntos geodésicos que señalaron para definir
el distrito minero; las letras se corresponden con los puntos señalados en el
mapa de 1867:
Revista Minera-Mapa de 1867
1.- (C) Pie de la Sierra, 93 varas de
distancia hasta 2.-Cerca del Barranco, 340 varas hasta 3.- Huerta del Barranco,
180 varas hasta 4.- “Tirando al norte en
una ladera de riscos”, 113 varas hasta 5.- A la espalda de la Huerta del
Barranco, 324 pisadas hasta 6.- Corral del Cabezo de los Cantos, 896 varas
hasta 7.- Suerte del Rejío, 100 varas hasta 8.- Huerta de la Dehesilla, 220 varas
hasta 9.- Solana la Parrita, 600 varas hasta 10.- Collado del Chaparral, 400 varas
hasta 11.- Solana del Castillejo, 396 varas hasta 12.- (B) Alcornocal de la
Baña, 176 varas hasta 13.- Cima del anterior cerro, 656 varas hasta 14.- Sitio
del Chirivitilejo, 244 varas hasta 15.- El Repecho, 728 varas hasta 16.- Molino
de Canelo, 860 varas hasta 17.- Cerro Malaencina, 335 varas hasta 18.- Collado
del Murtoso, 343 varas hasta 19.- (A) Cerro Guigarroso, 140 varas
hasta 20.- “En el pecho del anterior
cerro”, 596 varas hasta 21.- Vega de la Higuera que baña el arroyo
Rejondillo, 2.066 varas hasta 22.- La mitad de dicho arroyo en la pasada de las
Ventas, 1567 varas hasta el 23.- Pasada de Campofrío, 444 varas hasta el 24.-
Pasada de las Palomas, 1.262 varas hasta el 25.- Terminación del anterior
regajo, 320 varas hasta el 26.- Camino de la Aldea de los Ermitaños, 612 varas
hasta el 27.- Cerro de la Era, 698 varas hasta el 28.- Las Cruces, 1.472 varas
hasta el 29.- Siguiendo los dos arroyos de Barranco del Lobo y de las Cruces,
en la Vega del Molinillo, 1.572 varas hasta el 30.- Puente de Rio-Tinto y dicho
río por su mitad, 1.280 varas hasta el 31.- Molino del Barranco y una casilla y
dividiendo la sierra por su mitad 1.140 varas hasta el primer mojón (C)
Pie de la Sierra.
Pero el administrador de las minas Manuel de Aguirre no
estaba del todo convencido de este acuerdo y fundando sus pretensiones en que
las Minas le reportaban al Estado una gran riqueza, quiso un año más tarde en
1791, que se constituyera como villa la población de las Minas de Rio-Tinto, ya
que contaba por aquella fecha con 120 casas, instándole una carta al Rey Carlos
IV y proponiendo el nombre de Villa de
San Luis de Rio-Tinto, en honor a la reina consorte María Luisa de Parma, y
que fuese de su real agrado y digno
obsequio de la regia esposa.
A su vez le escribió carta a la Villa de Zalamea para que le
informase sobre las proporciones que hay para pastos, abrevaderos, construcción
de casas capitulares, cárcel, ampliación de la población y oficinas públicas. Pero
la respuesta del cabildo de Zalamea fue negativa porque no había en las Minas
terreno donde pastasen el ganado, con tierras ácidas y montuosas, y donde las
únicas aguas disponibles eran las agrias del Rio-Tinto. Añadía, además, que los
únicos vecinos que tenía el pueblo eran trabajadores de las minas y era
incompatible para ejercer cargos públicos.
Finalmente las aspiraciones de Aguirre quedaron sepultadas en
el olvido.
Entrado el siglo XIX con los problemas de la Guerra de la
Independencia, las minas continuaban con su decadencia siguiendo paralizadas
las labores del establecimiento y en 1821 el Ayuntamiento de Zalamea la Real
reclamaba la adhesión de los 70 vecinos que había en las Nacionales Minas de
Rio-Tinto, los cuales no pagaban
contribución ni entraban en quintas y que el Juez era el mismo
administrador de las minas.
Minas de Riotinto sobre 1883
En 1825 la población de las Reales Minas de Rio-Tinto realiza
el intento de independizarse de nuevo, tomando como nombre el de Amalia de Riotinto, esta vez en honor a
la madre del rey, María Amalia de Sajonia, pero su deseo fue inútil.
El 24 de abril de 1829
fueron arrendadas las Minas de Rio-Tinto por una duración de 20 años a Gaspar
de Remisa. Aparte de los criaderos de mineral y las fábricas de fundición, los
activos principales recibidos fueron 444.000 pinos, 1.700 encinas, 300 chopos y
136 casas incluida la posada y el amasadero.
Gaspar de Remisa
Finalmente el 3 de mayo del año de 1841 la Diputación de
Huelva, creada en 1822, acordó la formación del Ayuntamiento del pueblo de Riotinto,
bajo la presidencia provisional del alcalde de Zalamea, resignando el
administrador de las minas de su antiguo mando de Juez ordinario en aras de la
nueva municipalidad y tomando el pueblo el nombre de Minas de Riotinto.
El nuevo pueblo creado no tenía apenas terreno, ya que las
desoladas tierras de alrededor, segregadas en 1790, pertenecían al Estado el
cual las arrendaba para explotar las minas. De esta forma, para incrementar la
necesidad de recursos naturales, intentara anexionar a su término la villa de
Berrocal, la Aldea de Riotinto y El Ventoso; cosa conocida que fue denegada.
Muchos años después, en 1919, la aldea de Naya, que había pertenecido a Zalamea
la Real, se anexionaba al pueblo de Minas de Riotinto.
A partir de 1873 con la llegada de la Rio Tinto Company Ltd
la mina empieza a ampliarse y se necesita más mano de obra y por tanto más
viviendas para acoger a los obreros y a sus familias. El pueblo de Minas de
Riotinto creado en la falda del Cerro Salomón y al borde de la mina llamada
Filón Sur, llegó a alcanzar los 10.671 habitantes, según el censo de población
del año 1887.
En 1908 la Calle Sanz, antigua calle del Perejil, había
prácticamente desaparecido y una fuerte tormenta hizo que la Plaza de la
Constitución se partiera por el mismo centro sin causar víctimas. El traslado
de la población al nuevo pueblo de Minas de Riotinto que actualmente conocemos
empezaba a producirse. La mina devoraba al pueblo y la iglesia que llegó a
tener una capacidad para 900 fieles con 5 retablos se derrumbó el 15 de
septiembre de 1916 a las 5 y cuarto de la tarde.
Caída de la Torre del antiguo pueblo de Minas de Riotinto 15-9-16 5 1/4 de la tarde
La configuración actual del nuevo pueblo minero la proyectó
el arquitecto de la Rio Tinto Company Ltd, Alan Brace en el año 1927, el cual
diseñó el Valle con viviendas unifamiliares y edificios singulares como,
pescadería, mercado, piscina, escuelas, ayuntamiento, casa de huéspedes,
oficinas de dirección, etc. Alan Brace también rehabilitó algunas casas de
Bellavista y construyó dos casas pareadas en la estación de Marín.
El recién creado pueblo ya tenía marcada una fuerte identidad
y era parte importante de la geografía española. Todo aquel viajero que llegaba
a Huelva, no dejaba al margen las minas de Riotinto y su visita al pueblo
minero, como Richard Ford (1841), William Ramage Lawson (1890), Rodrigo Amador
de los Ríos (1891).
BIBLIOGRAFÍA
· https://dialogosenlacallesanz.blogspot.com/
· Diccionario
Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar –
Pascual Madoz – 1845-1850
· Ensayo sobre la historia de
las Minas de Rio-Tinto - D. Ramón Rúa Figueroa – Imprenta de la viuda de don
Antonio Yenes – 1859
· La
provincia de Huelva– Historia de sus villas y ciudades – Zalamea la Real – José
Manuel Vázquez Lazo – Diputación de Huelva 2014
· González Vilches, Miguel –
“Historia de la arquitectura inglesa en Huelva”– Universidad de Sevilla y
Diputación Provincial de Huelva – 2000
· El Rincón Onubense – Manuel
Hidalgo Caballero – Diputación de Huelva – 1980
· Memoria antigua de romanos,
nuevamente descubierta en las Minas de Rio-Tinto – Clásicos de la Arqueología
de Huelva Nº 6 – Mª Dolores Fernández-Posse - Fco Javier Sánchez
Palencia-Diputación de Huelva – 1993
· Huelva Buenas Noticias
· Archivo
General de Indias e Instituto de Estudios Vigueses
· Revista Minera 1870. Tomo 21